A finales de junio dio inicio la desescalada en El Salvador con una primera fase de las 5 establecidas en el Decreto Ejecutivo 31, en el que se regula la reapertura de la actividad económica y social gradualmente.
Sin embargo, la segunda fase programada para el 7 de julio fue pospuesta por 15 días más, en los que sigue prohibida la circulación de buses y microbuses de transporte público, que no solo limita la movilidad de personas, sino también, la actividad económica y social.
Estas medidas, según el gobierno a través del Ministerio de Salud, fueron tomadas con base al aumento de casos y muertes registradas por el COVID-19 en el que el nivel de contagio es mayor y argumentando estar a punto del desbordamiento de la capacidad de los nosocomios para atender a los pacientes.
Pese a esta situación, cabe la necesidad de reorientar la forma de seguir con la planificación de las actividades del proyecto “Promoción de la participación ciudadana de mujeres jóvenes para la defensa y promoción de derechos humanos de las mujeres, los derechos sexuales y reproductivos con énfasis en la prevención de embarazos adolescentes” que ejecuta Las Mélidas en coordinación con Fundación Mujeres y el apoyo financiero de la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo, y de cara a un regreso a la actividad se retoma e inicia la coordinación con las alianzas de las municipalidades de Cuscatancingo y San Salvador. Asimismo, se mantiene comunicación con lideresas de las diferentes comunidades vía telefónica y aplicaciones que permitirán la coordinación para la ejecución de las actividades cuando las condiciones se vayan restableciendo en una nueva normalidad con medidas de bioseguridad o a través de distintas plataformas que faciliten dar cumplimiento al proyecto.
Según la desescalada, las reuniones y asociaciones de personas se permitirán a partir de la cuarta fase prevista para finales de agosto con posibilidades de prórroga a causa del Coronavirus que ha afectado a nivel mundial y particularmente a El Salvador por casi 4 meses.